En la zona comercial y de negocios de Lisboa, el Museo Gulbenkian es sin duda uno de los más bellos y completos museos portugueses. Cuenta con dos circuitos: el primero, dedicado al arte antiguo oriental y al arte clásico egipcio, grecorromano, islámico oriental y armenio; el segundo, centrado en el arte europeo -desde esculturas y pinturas de los siglos XV a XVII, hasta las artes decorativas del siglo XVIII-. También cuenta con algunas joyas Art Nouveau de René Lalique y presenta varias exposiciones temporales.

Para conocer mejor la historia de la ciudad de Lisboa, visita el Museu da Cidade, que consta de cinco lugares donde poder descubrir Lisboa y sus historias. Con competencias y objetivos complementarios, el Teatro Romano, Santo António, la Casa dos Bicos, el Torreão Poente y el Palacio Pimenta, revelan la riqueza de una de las ciudades más antiguas de Europa. El Palacio Pimenta, el más completo en términos de historia, está cerca de la Ciudad Universitaria y, al otro lado de la avenida, también se encuentra el Museu Bordalo Pinheiro que cuenta con la colección de uno de los mayores ceramistas portugueses, Rafael Bordalo Pinheiro.

Más al oeste de la ciudad, la Basílica de la Estrela es una mezcla de estilos barroco y neoclásico. Pero su ex-libris es, sin duda, la cúpula, a la que se puede subir, teniendo una increíble perspectiva de la iglesia, pero que también lleva a una terraza con una fantástica vista sobre la ciudad.

En la misma colina, pero bajando hacia el río, se encuentra el Museo Nacional de Arte Antiguo, ubicado en un palacio del siglo XVII, que alberga una colección de pinturas desde la Edad Media hasta el siglo XIX, ¡la mayor de Portugal! Después de visitar las exposiciones, no olvides pasar por la cafetería del museo, que tiene un pequeño jardín con una increíble vista del río.

A 15 minutos a pie, tienes el Museo de Oriente, donde podrás apreciar arte chino, arte indoportugués (estilo colonial portugués), arte japonés y arte de Timor. Cada uno de ellos es un testimonio de la larga relación entre Portugal y Oriente. Su programa cultural también es muy atractivo, ya que ofrece música, danza, teatro y cine orientales.

El barrio de Belém tiene la mayor concentración de monumentos y museos del país, por lo que puede resultar un poco abrumador a la hora de preparar una visita. Para ayudarte, hemos seleccionado los que consideramos imprescindibles (si aún así es demasiado, considera una de nuestras excursiones de un día donde podrás entender mejor la historia y el contexto de cada edificio):

Comience por el Monumento a los Descubrimientos y déjate inspirar, ya que fue concebido para celebrar la Era de los Descubrimientos. Simboliza un barco de vela y está encabezado por la imponente figura de Henrique el Navegante, y a sus lados estatuas de navegantes, reyes, pintores, escritores y otras personalidades relacionadas con los Descubrimientos. Sus 56 metros de altura y su privilegiada ubicación junto al río lo convierten en un mirador único desde el que se puede disfrutar de una maravillosa vista del río.

De cara al río y mirando a la derecha, verá la Torre de Belém, un gran ejemplo de la arquitectura militar del siglo XVI de estilo manuelino. Su función principal era vigilar la entrada del puerto y el acceso a la ciudad de Lisboa. Hoy, sin duda, el monumento es el símbolo de Lisboa y de la época dorada de los Descubrimientos. Por sus valores históricos y culturales, pasó a formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1983.

Sin duda, el punto culminante de la zona, el Monasterio de los Jerónimos es un símbolo de la cultura portuguesa y de la identidad nacional. Aunque la construcción del Monasterio de los Jerónimos se inició en 1501, durante el reinado de D. Manuel I, se tardó casi un siglo en terminarlo. Su estilo arquitectónico es una mezcla de gótico tardío con el renacimiento, denominado por la decoración manuelina. El edificio conmemora la época dorada de los descubrimientos portugueses y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984.

En el mismo edificio del monasterio, pero en su ala oeste, se encuentra el Museo de la Marina, especialmente dedicado a los Descubrimientos: los avances en la construcción naval de diferentes carabelas y los instrumentos de navegación y réplicas de mapamundis del siglo XVI. También hay algunas maquetas de barcos portugueses del siglo XX.

Al otro lado de la calle del museo, se encuentra el Centro Cultural de Belém que, entre otras cosas, alberga la Colección Berardo de Arte Moderno y Contemporáneo, una de las mayores y más recientes del mundo. Centrada en los movimientos artísticos más importantes del siglo XX, aquí se pueden ver grandes nombres como Duchamp, Picasso, Bacon, Moore, Mondrian o Warhol. Una visita indispensable para todos los amantes del arte.

Para seguir con el arte moderno, ¿por qué no echar un vistazo al Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT)? Inaugurado en 2016, está dividido en 4 áreas diferentes y presenta distintas exposiciones nacionales e internacionales, en dos edificios, uno al lado del otro: La Central del Tajo, una icónica central eléctrica de principios del siglo XX y el nuevo edificio, diseñado por el estudio Amanda Levete. No olvide visitar la azotea, donde podrá disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la ciudad.

Justo enfrente del MAAT, se encuentra el Museo Nacional de los Coches, que presenta una colección de vehículos de los siglos XVI al XIX, fabricados en Portugal, Austria, Francia y España, que pertenecieron a la Familia Real portuguesa, a la Iglesia o a colecciones privadas. Creado originalmente en el antiguo Palacio Real de Belém en 1905, parte de la colección fue trasladada en 2015 al edificio construido desde cero por el arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha.

En los alrededores de Lisboa hay mucho para ver, a solo una o dos horas de distancia. Desde la magia de Sintra hasta la pintoresca Capilla de los Huesos de Évora, sigue nuestras sugerencias para que tu viaje a Portugal sea realmente único.

Sintra 

Para Sintra se necesita un plan. No porque sea difícil llegar (se puede llegar en tren desde Lisboa), sino porque hay tanto para ver… Con una combinación única de parques, palacios, iglesias, delicias culinarias y playas, una visita libre podría significar que no llegue a ver ni una quinta parte de lo que esta montaña tiene que ofrecer. Hemos elaborado una breve lista de lo que consideramos más destacado, pero puede ser muy complicado hacer todo esto por tu cuenta, así que echa un vistazo a nuestras opciones para las excursiones en esta zona.

Empieza por el Palacio de la Pena. La cumbre del romanticismo en Portugal te dará una buena idea de lo que te espera en el resto de la zona…. neomorisco, neogótico y neorrenacentista, todo ello envuelto en una exuberante y exótica vegetación, en uno de los picos de la Sierra de Sintra, lo que te va a permitir obtener una gran vista… Es como si acabaras de entrar en un cuento de hadas… Desde su muralla, si miras hacia el este, verás el castillo morisco de Sintra, que también merece una visita. Pero, al estar situado en otra parte de la montaña, puede que no sea fácil llegar hasta él sin algún medio de transporte.

Si bajas la montaña hasta el pueblo, no olvides hacer un descanso y cargar las pilas con un café y un dulce llamado Travesseiro. ¿Tienes curiosidad de saber qué es? Busca la Casa da Piriquita y prueba el dulce más típico de Sintra.

¿Te sientes mejor? Entonces es el momento de ir al Palacio Nacional de Sintra, que está muy cerca y cuyas chimeneas probablemente ya te hayan llamado la atención. Prácticamente, todos los reyes de Portugal han pasado por el Palacio Nacional de Sintra durante más o menos tiempo, pero han dejado sus respectivas huellas y recuerdos de su vida. Así que es un edificio perfecto para entender la historia completa de Portugal.

A poca distancia se encuentra Quinta da Regaleira, otro palacio increíble del siglo XIX, que cuenta con uno de los lugares más emblemáticos de Sintra: el pozo iniciático, que se cree que se utilizaba en los rituales de iniciación de la masonería.

En lo más profundo de la montaña, Monserrate también merece una visita, por sus exuberantes jardines con especies exóticas procedentes de todos los rincones del mundo y un palacio que representa una verdadera oda a la arquitectura romántica.

Otros

Santuario de Cristo Rey. Es un monumento que destaca cuando se mira hacia el Tajo. Justo al otro lado del río, hay un santuario que debería resultarte familiar. Es una copia del Cristo Redentor de Río de Janeiro, en Brasil, pero aquí lo llamamos Cristo Rey y tiene una de las mejores vistas sobre Lisboa. Lo vemos en nuestra excursión de un día a Arrábida.

Palacio de Queluz: Comenzó siendo un palacio de verano y acabó convirtiéndose en la residencia oficial de la familia real tras el terremoto de 1755, que destruyó el Palacio Real de la capital. A unos 20 minutos en coche de Lisboa, merece una visita para ver la inspiración de Versalles en la arquitectura real portuguesa.

El Convento y Palacio Real de Mafra es el monumento barroco más importante de Portugal y está a solo una hora de Lisboa en coche. Allí vamos en nuestra excursión de un día a Mafra y Tomar. Con 1.200 habitaciones, más de 4.700 puertas y ventanas, 156 escaleras y 29 patios interiores. Semejante magnificencia solo fue posible gracias al oro brasileño que entró en el país a principios del siglo XVIII. Alberga, entre otras cosas, una de las bibliotecas más bonitas del mundo.

En la misma excursión visitamos el Convento de Cristo, en Tomar, cuyo origen está estrechamente ligado a los inicios del reino de Portugal y a la presencia de los templarios en la Península Ibérica, entonces ocupada en la mayor parte de su territorio por los reinos islámicos. Era la época de las Cruzadas y la península, al igual que Palestina, fue reconocida como tierra de cruzada. Lleno de misticismo y leyendas, es uno de los sitios más interesantes de Portugal.

El Monasterio de Batalha o Monasterio de Santa Maria da Vitória, es una de las obras más bellas de la arquitectura gótica portuguesa y europea. Fue el resultado del cumplimiento de una promesa hecha por el rey João I, en agradecimiento por la victoria en Aljubarrota, en 1385, que le aseguró el trono y garantizó la independencia de Portugal. João I se convirtió más tarde en el rey que iniciaría la Era de los Descubrimientos y fue el padre de Henrique, el Navegante. Las tumbas de ambos se encuentran aquí. A una hora y media de Lisboa en coche, nuestra excursión de un día a Fátima, Nazaré y Óbidos puede ser una buena opción para verlo.

Y ahora algo completamente diferente: la Capilla de los Huesos en Évora. Literalmente, una capilla hecha de huesos… Bien, empecemos por su ubicación. La capilla está en Évora, una pequeña ciudad universitaria a 2 horas al este de Lisboa. También es conocida por estar en una de las regiones vinícolas más increíbles de Portugal. Esto lo veremos en nuestra excursión de un día a Évora. En el centro de la ciudad hay una iglesia, llamada Igreja de São Francisco, y en ella vas a encontrar una capilla con las paredes y los pilares cubiertos con unos cuantos miles de huesos y cráneos, procedentes de los espacios de enterramiento conectados al antiguo convento. ¡Puede ser espeluznante, pero es tan inusual, que definitivamente recomendamos una visita!